Sólo llevo 266 noches...

Tenían razón
mis amantes
en eso de que, antes,
la mala era yo,
con una excepción:
esta vez, yo quería quererlo querer
y él no...

Así que se fue ... ¿Qúe hubiera hecho sí ...

Y regresé
a la maldición
del cajón sin su ropa,
a la perdición
de los bares de copas...

A los príncipes de saldo...

pagando las cuentas
de gente sin alma
que pierde la calma
con la cocaína,
volviéndome loca,
derrochando
la bolsa y la vida
lo fuí, poco a poco,
dando por perdido.

Recordando las sábanas frías y alcobas...

Me abandonó,
como se abandonan
los zapatos viejos...

Destrozó el cristal de mi ilusión...

Tanto lo quería,
que, tardé,
en aprender a olvidarlo,
diecinueve días y quinientas noches.

Puedo contar los días que he estado sin tí, pero nunca podré contar los días que he pasado contigo. ¿No debería ser al revés?...

Sólo me quedan 234...